Cati sabía que quería estar en las manos que siempre habían cuidado de su cabello y de su piel. Así que comenzó los preparativos de la Boda en su peluquería de siempre, Cavélico. Mientras Maribel la maquillaba, nuestras cámaras se colaban para tomar nota de esos momentos especiales que son los preparativos de la Novia, en este caso acompañada de amigas que la arroparon desde el primer momento. Y radiante, entró en la iglesia del brazo de un orgulloso padrino, ante invitados expectantes y un novio, Yopo, que ya no sabía dónde guardar los nervios.

El clima acompañó para poder disfrutar de unos espléndidos aperitivos al aire libre, un momento fantástico para el deleite de todos, mucho más distendido que sentarse a una mesa. Los novios se mezclaron con su gente, y nosotros con todos. Cada fotografía nacía fruto de lo espontáneo, con frescura y alegría, como estaba transcurriendo la Boda de Cati y Yopo. Ya en el salón de banquetes de Finca Montesqueiro, el ambiente se fue volviendo todavía más distendido, sin que esta pareja fantástica dejase de dar muestras de su cariño y complicidad. Amigos y familia disfrutaban de cada detalle, haciendo que todo el esfuerzo que supone preparar una Boda valiese mucho la pena. Una Boda que se puede resumir en una palabra, elegancia. Todo un placer fotografiarla.